La dieta Beverly Hills (o de Beverly Hills) es un célebre plan de adelgazamiento rápido desarrollado por Judy Mazel y Michael Wyatt a principios de la década del ochenta. Por esa época, se la conoció como “la dieta de las frutas”, dado que éstas tienen el papel protagónico en el método que se propone.

El nuevo nombre deriva de que fue adoptada y popularizada por estrellas de Hollywood como Liza Minelli, Jodie Foster, Jack Nicholson y muchas otras.

La dieta Beverly Hills se basa, según sus creadores, en que las enzimas que las frutas contienen acelerarían la quema de grandes depósitos sobrantes de grasas y proteínas.

Uno de sus principios fundamentales es no mezclar proteínas, carbohidratos y grasas, porque esto produciría desórdenes digestivos, sobrepeso, tensión nerviosa, depresión, carencia de energía, opacidad en la piel y el pelo.

En la dieta Beverly Hills, sólo deben consumirse las frutas indicadas en el plan semanal; por ejemplo, el limón está prohibido, debido a sus propiedades neutralizantes.

Algunas ventajas de esta dieta son: una rápida pérdida de peso; la posibilidad de comer dulces; es más variada que otras dietas rápidas; las etapas posteriores pueden seguirse fácilmente, aun comiendo fuera de casa.

Lo que algunos le critican a la dieta Beverly Hills es que proporciona pocos de los nutrientes vitales necesarios para el organismo; y que, al seguirla más de 10 días, puede provocar desgaste muscular y de tejidos orgánicos. También se le atribuye un gran efecto “rebote” cuando se la deja de seguir.

En general, los planes de la dieta Beverly Hills se llevan a cabo durante tres semanas (ver artículo aparte), aunque se han propuesto algunas variantes más largas y más breves.

Como en todas las dietas para adelgazar de resultados muy rápidos, siempre es conveniente que el usuario sea controlado por un médico generalista y, mejor aun, por un nutricionista.