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Jorge Grippo

Cómo es la dieta Cormillot 2

El doctor Cormillot resalta algunos errores muy comunes que ponen en riesgo el adelgazamiento saludable:

- Consumir poca variedad de alimentos. Algunas dietas se basan en la elección de unos pocos alimentos o prohíben ciertas combinaciones. Si esto se prolonga, el organismo podría no incorporar todos los nutrientes que necesita. Además, pronto se genera aburrimiento, y se retoma la alimentación habitual, desordenada.

- Saltear el desayuno. El desayuno es la comida más importante del día. Luego de cenar, el organismo tiene energía durante unas 4 horas. Entonces, hace uso de sus reservas. Saltear el desayuno hace llegar con más apetito al almuerzo, o bien tener menos energía durante el día.

- Ayunar o comer menos de lo que prescribe el plan de alimentación. Se cree que, cuanto menos se come, más efectiva es la dieta. Esto no sólo evita perder peso, sino que también afecta la salud. El organismo necesita la energía de los alimentos; cuando el ayuno se prolonga, intenta conseguirla de otra fuente y transforma las proteínas de los músculos en glucosa. La pérdida de peso no será resultado de la reducción de grasa sino de la pérdida de masa muscular y líquidos. El ayuno pone en riesgo la salud porque produce deshidratación, descenso brusco de la presión arterial, entre otros problemas. Para que la dieta tenga éxito, debe haber armonía entre la calidad y la cantidad de los alimentos.

- Consumir productos “light” en cantidades excesivas. Un producto “light” sólo tiene menos calorías que la versión “normal” del mismo producto. Consumirlos en grandes cantidades suma la misma cantidad de calorías o más.

- No llevar el control de lo que se come. Es un error subestimar lo que se come: nos olvidamos de los aderezos o los snacks (galletitas, papas fritas y caramelos), no tenemos en cuenta el tamaño de las porciones o no sabemos cuántas empanadas comimos. A veces, puede ser útil llevar un “diario de comidas”, para registrar qué y cuánto come durante el día. Las bebidas también cuentan.

- No planificar las comidas. Si comemos “afuera”, debemos pensar de antemano qué se puede pedir en ese lugar. Si tenemos una fiesta, averigüemos qué va a haber de comer, para saber a qué atenerse. No hay que exagerar, sólo se trata de pensar cómo reaccionar cuando haya tentaciones.

- No realizar actividades físicas. El ejercicio es el principal aliado de la dieta, la forma más efectiva de quemar calorías y grasa. Es fundamental durante la etapa de mantenimiento, para no recuperar los kilos perdidos. Pero sólo sirve si es regular y de acuerdo con las posibilidades de cada uno.

- Prohibirse los “gustos”. Comer, además de ser una necesidad, es un placer, y no sirve (ni es realista) privarse de él. No hay razón para no darse un gusto de vez en cuando. Esto evita frustraciones y, bajo control, no hace ningún daño.

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