Jessica Alba nació en Pomona, California, el 28 de abril de 1981. Su padre (de ascendencia mexicana) fue militar, por lo cual era trasladado frecuentemente, y Jessica tuvo que crecer en diferentes lugares. Mide 1,70 y se dice que usa talla 4. Es el prototipo de belleza “latina”, varias veces elegida como “la mujer más sexy del mundo”; pero su vida no fue tan fácil como parece.

Ya a los 12 años, descubrió que le gustaba actuar. Empezó a tomar clases de actuación en Beverly Hills, bastante lejos de su casa, lo cual era caro y esforzado. Pero pronto consiguió un representante, y desde entonces empezaron su búsqueda de trabajo, su carrera como actriz y su éxito.

Desde muy jovencita, la presión que existe en Hollywood por ser muy delgada llevó a Jessica a tener problemas de salud relacionados con su peso. Ha contado que en su familia había personas con sobrepeso y que eso la hizo decidirse a cuidarse con las comidas, incluso cocinando ella misma, para cuidar su peso.

Cuando obtuvo el papel en la serie de televisión Dark Angel, Jessica se obsesionó con ese tema y sufrió anorexia. Llegó a pesar unos 45 kilogramos, demasiado poco para su buena estatura. En esa época, hacia hasta 3 horas de ejercicio por día. Sufría insomnio y ataques de ansiedad, debido a toda la presión que padecía. Se miraba en el espejo ¡y se veía con caderas muy anchas!

Jessica cuenta que hoy come muy saludablemente. En el desayuno, toma una omelette de claras de huevos y fruta, o bien requesón y fruta; en el almuerzo, ensaladas, y en la cena, vegetales y pollo o pescado; durante el día, come frutas secas o yogur, como colaciones. No consume pan ni postres, y bebe mucha agua.

En ocasiones especiales, cocina comida mexicana; cuando tiene fiestas, ella misma hace la comida.

En cuanto a los ejercicios, desarrolla una rutina diaria de 45 minutos a 1 hora: aeróbicos, tonificadores y musculadores, con pesas o máquinas.