La nueva dieta nórdica se basa en 10 reglas o mandamientos: 1. Consumir más frutas, verduras y frutos del bosque.

1. Aprovechar los productos de estación.
2. Aumentar el consumo de cereales integrales (avena, cebada y centeno).
3. Consumir más productos marinos (pescados, crustáceos y algas).
4. Incrementar el consumo de alimentos que crezcan de manera natural.
5. Limitar el consumo de carne, buscando la de mejor calidad.
6. Elegir productos biológicos.
7. Evitar aditivos, conservantes y otro tipo de agregados artificiales.
8. Cocinar en casa.
9. No despilfarrar comida. Como se ve, es una alimentación con principios básicamente sanos, pero que a su vez sirve para eliminar el sobrepeso originado en malos hábitos nutricionales. Una vez alcanzado el peso adecuado y deseado, sirve como régimen de mantenimiento (en realidad, como estilo de vida integral).

Hay que recalcar que, en la dieta nórdica, el pescado debe estar, figurada y literalmente, en el centro del plato; arenques y mariscos (como el langostino) se encuentran en el corazón de la alimentación nórdica. Pero hay que entregarse a la variedad: pescados grasos, semigrasos y magros. Se recomienda consumir 300 gramos de pescado por semana.

Al comprar pescado, hay que verificar su origen y cómo ha sido criado, sobre todo para evitar las altas concentraciones de mercurio presentes en pescados carnívoros, grandes y viejos.

Un estudio que se llevó a cabo durante 12 años, con casi 60.000 daneses de una edad comprendida entre los 50 y los 64 años, tuvo como finalidad establecer los beneficios de la alimentación escandinava tradicional sobre la salud.

Las conclusiones confirmaron que esta alimentación (compuesta, para el estudio, de pescado, repollo, pan de centeno, avena, manzanas, peras y remolachas) está ligada al descenso de la tasa de mortalidad entre los daneses de mediana edad, sobre todo hombres.

Como ya se dijo, con esta dieta no se debe esperar una pérdida de kilos espectacular. Sus efectos sobre la silueta se ven a mediano y/o largo plazo. Claude Mona, del equipo de Arne Astrup, ambos miembros del proyecto OPUS, afirma que “las personas que consumieron más productos de los incluidos en la dieta nórdica perdieron más kilos que las que consumieron otro tipo de alimentos”.

Aunque el estudio definitivo se terminará en el 2013, esto es un adelanto promisorio.