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Jorge Grippo

Cómo es la dieta vegetariana

Este estilo de alimentación surgió a fines del siglo XVIII, basándose en razones morales, filosóficas y sanitarias. Hoy está ampliamente difundido por personas y colectividades enteras. Ya a mediados del siglo XX, se pudo demostrar científicamente que la dieta vegetariana es ideal para mantener un buen estado de salud y bajar de peso sanamente, siempre que se haga con responsabilidad y orientación médica.

El vegetariano practica fervientemente la abstención de comer carnes animales (mamíferos, aves, pescados) y sus derivados (lácteos, huevos). Aunque el movimiento es tan amplio que admite variantes: vegetarianos tradicionales (por influencia cultural, son más flexibles); vegetarianos totales o veganos (el grupo más estricto); lactovegetarianos (admiten lácteos); ovo-lacto-vegetarianos (incorporan lácteos y huevos); semivegetarianos (incluyen algunos alimentos de origen animal); neovegetarianos (exomnívoros convertidos).

Según estudios confiables, los vegetarianos que siguen lineamientos médicamente responsables soportan una incidencia mucho menor de sobrepeso respecto de la población en general.

Si se quiere empezar una dieta vegetariana, es conveniente seguir las siguientes recomendaciones.

  • Determinar médicamente si realmente se tiene sobrepeso.
  • Si es así, ponerse una meta razonable de descenso a corto plazo; digamos entre medio y 1 kilo por semana.
  • Habituarse a hacer ejercicio físico para no perder masa muscular (que es la que seguirá “quemando calorías”).
  • Ser paciente y constante. La modificación de los hábitos alimentarios debe ser definitiva, para evitar el efecto “rebote”.
  • Hacer entre 4 y 5 comidas diarias; no saltarse ninguna y no “picar” entre ellas.
  • Comer muy lentamente, masticando bien los alimentos.
  • Beber abundante líquido: aprox. 1,5 litros de agua entre comidas (incluyendo infusiones o caldos).
  • Usar sal yodada, pero intentar sustituirla o combinarla con otro tipo de condimentos (limón, ajo, vinagre, granos de mostaza, pimentón, pimienta, orégano, perejil u otras hierbas aromáticas).
  • Sustituir los alimentos refinados por integrales (pan, pastas, arroz).

 

 

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