El índice glucémico o glicémico (IG) es un indicador utilizado para cuantificar la respuesta glucémica de un alimento que contiene la misma cantidad de carbohidratos que otro alimento de referencia. Permite comparar la “calidad” de los distintos carbohidratos contenidos en cada alimento y obtener un número basado en mediciones de la glucemia después de su ingestión (índice glucémico posprandial).

La mayoría de los alimentos contienen carbohidratos pero, desde el punto de vista nutricional, no sólo es importante la cantidad de carbohidratos que tengan, sino también la rapidez con que éstos se digieren y se absorben. Conocerla es importante, por ejemplo, en enfermedades como la diabetes, para controlar los niveles glucémicos. También es útil en la práctica deportiva y en regímenes de adelgazamiento.

Para establecer el IG de un alimento, se mide la glucemia después de haber ingerido una cantidad de ese alimento. Las mediciones de glucemia se realizan a intervalos previamente establecidos. Esas mediciones se comparan con las de un alimento de referencia, como la glucosa o el pan blanco, al que se le ha asignado arbitrariamente un índice 100. El cociente (división) entre las áreas de las respectivas curvas es el IG.

Estudios recientes demuestran que los carbohidratos con alto IG aumentan en mayor medida el nivel plasmático de glucosa que los de IG bajo.

No hay que asociar IG bajo con bajo contenido de carbohidratos. El IG es un dato significativo sólo en alimentos con alto contenido de carbohidratos.

También hay que tener en cuenta que el IG es un dato obtenido en laboratorio, no siempre extensible a las condiciones de una dieta habitual.

El IG de un alimento depende de la variedad y de la forma en que se prepara, y también de los otros alimentos que lo acompañen. Por eso, a veces se ven datos contradictorios respecto del IG de determinados alimentos.

Fuente: Wikipedia.