La dieta budista se basa en el régimen alimentario que siguen los monjes que practican esa religión. Es un método muy veloz para adelgazar, ya que permite perder hasta cuatro kilos por semana. Es muy adecuada para personas que tengan muy alto el colesterol y necesiten bajarlo con rapidez.

En realidad, la dieta en sí es muy sencilla: consiste en comer solamente arroz, acompañado de frutas (manzanas, fresas y cítricos) y verduras, durante dos semanas. El arroz se puede condimentar con hierbas, sésamo, pimienta, o un poco de salsa de soja; o bien con gomasio (una preparación de granos de sésamo, tostados y triturados, con sal marina fina). Sólo se bebe té chino (cha).

Otro componente esencial de la dieta budista es masticar cada bocado de 50 a 100 veces.

Esta dieta no debería seguirse durante más de dos semanas, porque puede provocar déficit de vitaminas A, B12, C y D, además de hierro y calcio. Está contraindicada para personas con problemas de sodio e hipotensión (baja presión).

Un ejemplo de menú podría ser:

Desayuno: té chino, yogur descremado, frutas. Almuerzo: ensalada de arroz integral con verduras y frutas. Merienda: té chino, yogur descremado, frutas. Cena: arroz integral con verduras hervidas y frutas cítricas (podría acompañar a 150 gramos de carne magra o pescado a la plancha).

Como se ve, la dieta budista es muy rigurosa para seguir, por su falta de variedad y la austeridad alimenticia que exige.

Tampoco se trata de una dieta equilibrada en cuanto a los nutrientes que aporta; por eso, no se debe hacer durante mucho tiempo.