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Jorge Grippo

La oxidación

Definición: La oxidación es un proceso químico en el cual un átomo, una molécula o un ion le “roba” uno o más de sus electrones a otro. 

Las sustancias químicas con tendencia a robar electrones son llamadas agentes oxidantes o radicales libres; vemos sus efectos todos los días: el oscurecimiento de una manzana recién cortada, la oxidación de los metales, la pérdida de color en la ropa, etc.

Diariamente, nuestro organismo está expuesto a muchos agentes oxidantes (contaminación ambiental, tabaco, productos químicos, drogas, exposición a rayos ultravioleta y otras formas de radiación) y al daño estructural que estos ocasionan.

Algunos daños que provocan los radicales libres son: perjuicios a varios órganos; variedades de cáncer; envejecimiento prematuro; deficiencias del sistema inmunológico; daños por radiación; daño por el alcohol; isquemia-reperfusión (infartos y derrames); inflamación inmunológica (vasculitis, drogas, enfermedades autoinmunes); reacciones alérgicas por drogas y toxinas; anemias; enfermedades amiloides. También se producen daños a órganos individuales: cerebro (demencia senil, Parkinson, trauma cerebral, ACV, encéfalomielitis); pulmones (enfisema, hiperoxia, displasia broncopulmonar, neumoconiosis, distrés respiratorio agudo); corazón (arteriosclerosis, mala circulación, cardiomiopatía); riñones (glomérulonefritis membranosa, nefrotoxicidad por metales pesados o drogas); sistema gastrointestinal e hígado (lesiones por drogas, cirrosis hepática, pancreatitis, lipoproteinemia, inflamaciones); piel (quemaduras por radiación solar, inflamación por calor, dermatitis de contacto, arrugas y manchas). Y mucho más.

En realidad, la presencia de radicales libres en el organismo es normal; este dispone de procedimientos enzimáticos para regularlos y destruir su exceso. Justamente, el problema aparece cuando hay una proliferación excesiva de estas moléculas, y se llega a un punto en el que el propio organismo ya no es capaz de ejercer el control sobre esa proliferación.

Los radicales libres atacan componentes vitales de las células, bloqueando las membranas celulares, impidiendo intercambios normales y dañando las mitocondrias, motor energético de las células; también alteran el material genético y los tejidos.

Los antioxidantes sirven para contrarrestar esta actividad: desactivan los radicales libres y forman, a partir de ellos, moléculas menos reactivas y más estables.

 

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