La dieta de la Clínica Mayo es una de los regímenes para adelgazar más famosos de todos. Se la incluye entre las llamadas “hiperproteicas”, porque contiene una gran cantidad de proteínas. En cambio, es baja en hidratos de carbono y grasas. En esta dieta clásica, se consumen entre 600 y 900 calorías por día. Es un régimen de descenso rápido de peso: asegura bajar entre 6 y 7 kilos en dos semanas (la mayor parte, por pérdida de líquido y masa muscular).

El alimento principal de la “dieta Mayo” es el huevo: hay que consumir entre 4 y 6 al día.

Se recomienda seguir esta dieta una semana como mínimo y un mes como máximo. Lo ideal es hacerla durante dos semanas y luego descansar un mes. La pérdida de peso mayor (entre 2 y 4 kilos) se logra durante la primera semana.

Alimentos permitidos: pescado, legumbres, frutos secos, carne, algunas verduras y productos integrales. Té o café (en poca cantidad).

Alimentos prohibidos: alcohol, azúcar, pastas, pan, productos lácteos.

Recomendaciones. Cocinar sin grasa. No consumir nada entre las comidas principales, salvo infusiones. No sustituir los alimentos que se indican en el menú. Beber dos litros de agua diariamente (como mínimo). Evitar alimentos ricos en grasas y azúcares.

La dieta de la Clínica Mayo debe ser realizada por personas que gocen de buena salud al empezar. Ante la duda al respecto, hay que consultar al médico.

Es una dieta para adelgazar, pero no muy equilibrada, por lo cual deberían abstenerse de ella las mujeres embarazadas, los niños y, en general, las personas con problemas hepáticos, renales (su alto contenido proteico puede sobrecargar los riñones) o de colesterol (por el elevado consumo de huevos).

Algunos médicos no recomiendan esta dieta, justamente, por su desequilibrio: déficit de calcio, pérdida de masa muscular y agua, cetosis y acidosis por rápida quema de grasas, etc.

Ver también: La dieta de la Clínica Mayo.