Los alimentos que contienen mucha fibra son importantes para una mejor nutrición y facilitan el control del peso; dado que exigen un mayor tiempo de masticación, se evacuan más lentamente del estómago, lo que provoca más sensación de saciedad y ayuda a disminuir la sensación de hambre. Por otra parte, la mayoría de los alimentos ricos en fibras resultan también pobres en grasas.

La fibra es parte importante de verduras, legumbres y frutas; el cuerpo humano no las absorbe, pero las usa para eliminar mejor y más rápidamente sus desechos. De hecho, si no se está acostumbrado a comer mucha fibra, debe incorporarse de a poco, porque puede producir diarrea. Sin embargo, la fibra remplaza con ventaja cualquier tipo de laxante medicinal.

El consumo diario recomendado de fibra es de 30 gramos.

La dieta de la fibra permite comer comida rica, al mismo tiempo que controlar el colesterol y bajar kilos que sobren.

Algunos alimentos ricos en fibras son: hortalizas, legumbres de hojas verdes, manzanas, apio, salvado de avena y de trigo, avena arrollada, cereales y panes integrales.

Para seguir esta dieta, hay que remplazar alimentos: en vez de pan blanco, integral o de salvado de trigo; en vez de galletas de agua, galletas de salvado; en vez de tallarines con huevo, tallarines integrales; en vez de tortilla de papas, una de acelga; en vez de puré de papas, puré de espinacas o zapallo; en vez de flan y helado, una ensalada de frutas frescas.

Las fibras solubles, como las que contienen la avena y las legumbres, son ideales para mantener bajo control el colesterol y el azúcar en sangre. El salvado de trigo, los cereales y los panes integrales, así como las cáscaras y los tallos de verduras y frutas, son ricos en fibras insolubles.

No es necesario adicionar suplementos dietarios con fibras, salvo con indicación médica.