La dieta nórdica, también llamada “régimen vikingo”, es un programa de alimentación sana, basado en consumir predominantemente los alimentos tradicionales de los países nórdicos (Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia). La dieta nórdica no es una dieta de moda más, ni un régimen “milagroso” para adelgazar, pero sí contribuye a la pérdida de peso en un mediano plazo. Se trata de una alimentación equilibrada, culturalmente probada, para ser adoptada de forma permanente. La dieta nórdica está formada principalmente por: “frutos del bosque”, de estación (arándanos, zarzamoras, grosellas negras, rosa mosqueta) y otras frutas (peras, ciruelas); verduras, incluidos tubérculos y raíces (rabanitos, remolachas); legumbres (judías verdes); hierbas aromáticas (perejil, berro, eneldo); setas; cereales (avena, centeno, cebada) integrales; frutos secos (nueces, avellanas, almendras); algas, pescados y crustáceos; carne de caza (es decir, preferentemente, de animales que vivan en libertad).

La dieta nórdica se basa en la cocina local, casera y de temporada; emplea al máximo los productos naturales y favorece un modo de producción más “racional”; estimula a cocinar en casa, utilizando los productos más frescos de la región y evitando las comidas industriales, encargadas o “rápidas”.

La dieta nórdica está adquiriendo cada vez más prestigio, porque tiene en cuenta el bienestar de las personas, pero también la protección del medio ambiente y los principios de la agricultura sostenible, que son cosas a las que actualmente se da mucha importancia.

Si bien la dieta mediterránea se ha considerado durante mucho tiempo la más completa y sana, hoy algunos estudios científicos han descubierto que la dieta nórdica quizás sea una opción mejor y más sana aun; incluso se la relacionado con un descenso de la tasa de mortalidad entre los varones daneses de mediana edad. (En Dinamarca, existe un proyecto de investigación llamado OPUS, cuyo objetivo es estudiar el efecto de la alimentación escandinava en la salud de los niños en edad escolar.)

En la dieta nórdica, el aceite de oliva, las verduras, los cítricos y los cereales sin refinar, característicos de la dieta mediterránea, podrían ser remplazados por el aceite de colza (típicamente escandinavo), bayas, moras y arándanos.