A continuación, se ofrecen algunos ejemplos de menúes típicos de dietas disociadas.
Ejemplo sencillo de menú semanal
Lunes: frutas.
Martes: huevos.
Miércoles: lácteos.
Jueves: carne.
Viernes: verduras.
Sábado: queso.
Domingo: pescado.
Menú diario 1
Desayuno: yogur con cereales o con frutas; pan tostado con mermelada; frutas; para beber, té, café o un zumo de fruta (se pueden añadir frutos secos, pero en poca cantidad).
Almuerzo: verduras (crudas, estofadas, hervidas o como se quiera) con arroz, maíz, pasta, patatas, pan, boniatos, tapioca o cualquier otro cereal; como postre, yogur, manzana, pera o unos pocos frutos secos; para beber, té o café.
Merienda: elegir otra de las opciones del desayuno, pero en menor cantidad.
Cena: verduras con alguna proteína (carne, pescado, huevos, queso, leche, yogur, gluten o seitán, tofu, tempeh, soja, levadura de cerveza, alga espirulina, frutos secos, lentejas, garbanzos o cualquier tipo de legumbre o poroto); de postre, yogur, manzana, pera o algunos frutos secos; beber una infusión relajante y digestiva.
Menú diario 2
Desayuno: café o té, sin azúcar; dos rebanadas de pan, con una cucharada mediana de aceite de oliva.
Media mañana: dos “orejones” de albaricoque y nueces.
Almuerzo: como primer plato, una ensalada cruda (sin maíz ni remolacha), aderezada con una cucharada mediana de aceite de oliva, mostaza y cebolla en polvo; como segundo plato, elegir entre un plato de pastas, arroz, patatas o legumbres cocinadas con verduras.
Merienda: una porción de frutas (pero no mezclar dulces con ácidas).
Cena: como primer plato, verduras (hervidas, salteadas, al horno, a la plancha o al papillote), sopa o puré de verduras (se puede aderezar con una cucharada mediana de aceite de oliva); como segundo plato, elegir entre carne, pescado, pollo o huevos, cocinados de forma sencilla (evitar las carnes y los pescados grasos).
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