Actualmente, existen muchos tipos de disciplinas que se incluyen en la denominación Pilates; algunas, aprovechando la fama del término, más que ajustándose al método en sí.

Las variantes más auténticas se pueden agrupar en dos grupos fundamentales: Pilates con máquinas y Pilates en suelo.

Pilates con máquinas se realiza con la ayuda de diversos dispositivos, la mayoría de ellos inventados por el mismo Joseph Pilates, aunque con el tiempo sufrieron modificaciones.

El reformer (quizás, la más famosa) es una suerte de cama sobre la que se desliza, mediante unos rieles, una plataforma; es similar al “remo” de los gimnasios tradicionales. Suele ser de madera y acero, aunque hay versiones más ligeras y fáciles de transportar, que se apoyan directamente en el suelo.

El trapecio o Cadillac es otra especie de cama, con una estructura de acero sobre ella; el practicante puede colgarse de esta, en distintas posiciones, con cuerdas y poleas. Hay combinaciones de estas dos máquinas, el reformer y el trapecio.

La silla (creada por Pilates para la bailarina Kathy Grant) es similar, precisamente, a una silla, pero con unos pedales sujetos mediante muelles que pueden quitarse o ponerse para disminuir o aumentar la resistencia, más apoyos laterales para subirse a ella; se usa principalmente para ejercitar piernas.

El barrile es una estructura con forma de semicírculo; se usa específicamente para estiramientos de la columna vertebral.

El Pilates en suelo se realiza sobre una colchoneta, similar al yoga.

Puede incluir accesorios como el aro o círculo mágico, la banda elástica, la famosa pelota de 1 metro de diámetro, el bosu (una semiesfera rellena de aire), la tabla de salto, la tabla de extensión, el cajón, las mancuernas.

¿El Pilates ayuda a perder peso? Está claro que, para adelgazar, lo ideal es hacer actividades aeróbicas, como caminar a buen ritmo, correr, andar en bicicleta, jugar al tenis. Pero también es verdad que, al practicar Pilates, se realiza una gran actividad muscular, lo que genera una importante pérdida de grasa, dado que se aumenta el gasto calórico, y el organismo utiliza las grasas para mantener su actividad muscular.

Como ocurre con el yoga, estos ejercicios estimulan los órganos y mejoran el funcionamiento interior, lo que puede ayudar a perder peso o, al menos, a equilibrar el organismo.

Después de algunas semanas de práctica, ya se puede empezar a notar cambios en el físico: se pierde volumen, los músculos de piernas y brazos se alargan y parecen más estilizados, la cintura se vuelve más estrecha, los glúteos se moldean. Pero, como los músculos también pesan, la pérdida de peso no se nota enseguida, puede tardar más.