El taoísmo es una tradición filosófica (y religiosa) de Oriente, con una antigüedad de más de 2.000 años. Se dice que fue fundada por el gran pensador Lao-Tse. “Tao” puede traducirse como “camino” o “sentido”. Se basa, esencialmente, en el equilibrio entre dos fuerzas complementarias del universo, el yin y el yang; pero es de una gran complejidad en todos los aspectos.
La dieta taoísta, o dieta del Tao, se vincula con la medicina tradicional china. Persigue la armonía interna del cuerpo y, como consecuencia, su bienestar general. Para el taoísmo, la alimentación es clave, y afirma que se puede bajar de peso según las leyes de la naturaleza: el secreto no es comer menos sino saber cómo combinar las energías de los alimentos.
La dieta taoísta relaciona los cinco sabores básicos con un elemento de la naturaleza: dulce/tierra, salado/agua, agrio/madera, amargo/fuego, picante/metal. Durante cada comida, hay que seguir un orden de sabores: dulce, picante, salado, agrio (o ácido), amargo.
Las cuatro energías básicas (frescor, frío, tibieza y calor) se relacionan con la energía liberada en el organismo cuando se ingiere un alimento: los alimentos yin (frescos y fríos) tienen poder calmante y refrescante, mientras que los yang (tibios y calientes) son estimulantes de los órganos y generan calor corporal.
Además, los alimentos deben combinarse y consumirse según la estación del año y el clima correspondiente.
Verano: alimentos fáciles de asimilar y poco dulces (frutas, verduras, cereales); reducir el consumo de carnes; no abusar de las bebidas frías (entorpecen la digestión).
Otoño: alimentos tibios; carnes y pescados, con moderación; los alimentos yang (café, pimientos, alcohol) deben evitarse; no se debe abusar de frutas y verduras crudas.
Invierno: evitar alimentos fríos; consumir alimentos cálidos y tonificantes (carnes rojas con especias picantes, cereales, legumbres, nueces, pimientos).
Primavera: alimentos tibios, livianos y fáciles de digerir (vegetales verdes y brotes, condimentados con jengibre); consumir sabores dulces y evitar los ácidos.
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