- Come con moderación. Esto no significa suspender algo por completo. Una vez a la semana, puedes darte algún gusto, como carne roja o un postre muy calórico. Lo disfrutarás más y bajará tu ansiedad por comerlo. Lo que sí deberías considerar suspender es la “comida chatarra”, los dulces y los refrescos muy azucarados. Nada de esto es natural ni sano.
- Haz algo de ejercicio, si no está incluido suficientemente en tu tarea escolar. No pases tanto tiempo sentada frente a la televisión. Disfruta de caminatas al aire libre (aunque sea para ir hasta a la escuela), anda en bicicleta o ve a nadar. Sacar a pasear a tu perro es una buena idea también. Una sesión de ejercicio debería durar mínimamente 30 minutos. No hace falta tener un entrenador personal, hacer pesas o “matarse” en una cinta. Pero sí es buena señal cuando se suda bastante y luego se tiene mucha sed.
- Planea tu semana. Tanto en relación con la comida como con el ejercicio. No es excusa tener una heladera vacía o con mala comida. No te saltees comidas, pero tampoco “piques” todo el tiempo entre ellas. El desayuno es muy importante para darte más energía y menos apetito durante el día. No comas por aburrimiento o por tristeza (si te ocurre esto, habla con tus padres, quizás necesites ayuda profesional, no tiene nada de malo conseguirla).
- Trata de evitar comer después de las siete de la tarde. A esa hora, el cuerpo empieza a digerir los alimentos de manera inadecuada, produciendo más grasa.
- No agregues sal o azúcar a tus comidas innecesariamente.
- No esperes perder peso en una parte de tu cuerpo más que en otras. Esto depende más de la genética que de lo que hagas al respecto. Hábitos saludables y un ejercicio localizado
pueden ayudar, pero no hacer milagros. - Si logras alcanzar un peso deseado, no cambies de hábitos. El efecto “rebote” puede ser muy contraproducente, tanto para tu cuerpo como para tu ánimo. Lucha por mantenerte más delgada y sana.
- No abuses de la balanza. Puedes llevar un “diario” de tus progresos, pesándote una vez a la semana, pero no a cada rato. Usa el diario también para llevar la cuenta de los alimentos que has comido y los resultados que ellos te han permitido alcanzar.
- La cantidad de calorías diarias varía entre 1.800 y 2.400, según tu complexión física, tus actividades, etc. No te obsesiones con estas cantidades, pero trata de no sobrepasarlas.
- Intenta hacer ejercicios de relajación, e incluso de meditación. Dan muy buenos resultados sobre tu ánimo cotidiano.
- ¡Suerte!
Ver también:
Dieta para jovencitas, primera parte
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