La verdadera dieta tradicional de la China es muy distinta de la comida que se conoce en todo el mundo como tal, con sus variados platos de carnes, arroz, soja, y salsas y especias fuertes. El régimen tradicional se caracteriza, en cambio, por ser bajo en grasas (apenas un 20% de grasa animal), y en él se cocina con poco aceite. Por estas y otras razones, es una dieta para adelgazar sanamente, reponiendo energías, y mantenerse en un peso adecuado.
La dieta china prescribe el consumo de gran cantidad de frutas y vegetales, que aportan antioxidantes. Éstos, además de retrasar el envejecimiento, ayudan a prevenir enfermedades. (Algunos estudios habrían demostrado que, en las zonas rurales de China, la incidencia de cánceres de mama, colon y recto, y de diabetes tipo 2 y osteoporosis, es mucho menor que el promedio.)
Se consumen porciones más bien pequeñas de pescado y carnes; la base de los platos está en el arroz y los vegetales (sobre todo, la soja).
Como en toda dieta oriental, la base filosófica consiste en producir un equilibrio entre los dos principios complementarios del universo, el yin y el yang. Para eso, se combinan los cinco tipos de alimentos, que se corresponden con los cinco elementos: dulce (tierra), amargo (fuego), agrio (madera), picante (metal) y salado (agua).
Algunos principios
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Combinar, en las comidas principales, alimentos tibios, frescos y calientes.
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Cocinar las verduras al vapor.
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Utilizar aceite o margarina, en vez de mantequilla o grasa animal.
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Las formas más estrictas de esta dieta no deberían extenderse por más de una semana.
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Conviene hacerla una vez por mes.
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