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Jorge Grippo

Obesidad mórbida 2

La obesidad surge por un desequilibrio entre el aporte de calorías y el consumo energético. El exceso de calorías ingeridas se deposita en forma de grasa; estos enfermos pueden llegar a tener hasta un 70% de su peso en materia grasa. Pero, en verdad, el origen de la obesidad es policausal. Intervienen en ella factores genéticos, sociales, psicológicos (individuales y familiares). Y uno de los grandes coadyuvantes de la morbidez es el cada vez más extendido sedentarismo, la falta de una actividad física sostenida en el tiempo.

La mortalidad prematura aumenta considerablemente en los obesos mórbidos, por la incidencia de varias enfermedades, que en ellos es mucho mayor. Entre las enfermedades asociadas más frecuentes, se pueden mencionar: cardiovasculares (hipertensión arterial, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, hemorragias cerebrales, insuficiencia venosa); metabólicas (diabetes no insulinodependiente, hipercolesterolemia, incremento de ácido úrico); digestivas (cálculos en la vesícula biliar, degeneración grasa del hígado, cirrosis, reflujo gástrico, esofagitis); respiratorias (insuficiencia respiratoria; síndrome de apnea en el sueño); degenerativas de las articulaciones; de la piel (infecciones diversas); disfunciones gonádicas (infertilidad, irregularidad en el ciclo menstrual, aumento del vello corporal).

La obesidad, sobre todo en sus grados más severos, exige múltiples abordajes para su tratamiento: lo más elemental es la asociación de dietas hipocalóricas con un incremento significativo de la actividad física (que esté al alcance del paciente).

Pero también se consideran muy útiles el apoyo psicológico (a veces, incluyendo terapia familiar) y, a veces, la utilización de fármacos (siempre que sean recetados y controlados por médicos especialistas, desde nutricionistas a endocrinólogos).

Sin embargo, desgraciadamente, la pérdida de peso que se logra al principio suele ser difícil de mantener (además, no es realista buscar dietas que bajen más de 500 gramos por semana). Por eso se recurre con tanta frecuencia a modernas técnicas quirúrgicas, que aún son controvertidas, como el cinturón gástrico, etc.

En muchos países, la obesidad ya es considerada una enfermedad, que como tal merece un enfoque adecuado e integral por parte de los sistemas sanitarios.

 

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